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Golpes de calor: por qué se producen y cómo podemos prevenirlos por el Hospital Vithas Xanit Internacional

Aunque el verano es una época estupenda para pasar más tiempo al aire libre, divertirse en playas y piscinas y practicar deporte, tenemos que tener cuidado con el calor, especialmente en algunas zonas donde es más habitual sufrir altas temperaturas e, incluso, tener que afrontar las temidas olas de calor. Por eso, en esta estación aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor que, si no abordamos de forma adecuada, puede llegar a tener serias consecuencias para nuestra salud. Hoy, desde el Hospital Vithas Xanit Internacional de Benalmádena queremos ofreceros algunos consejos para prevenir el riesgo de sufrir un golpe de calor.

¿Qué es un golpe de calor?

El golpe de calor se produce debido a un fallo de las funciones de varios órganos internos por un aumento excesivo de la temperatura corporal, que normalmente es de 37 grados. Si ésta aumenta, por ejemplo, hasta los 40 grados y nuestro cuerpo no consigue eliminar este exceso de calor, es cuando nuestro sistema nervioso comienza a alterarse.

Por eso es tan importante la hidratación en verano porque, si nos deshidratamos, nuestro cuerpo no consigue sudar lo suficiente para enfriarse y reducir su temperatura, por lo que ésta puede aumentar y producir el golpe de calor.

¿Quiénes son los más propensos a sufrir un golpe de calor?

Los golpes de calor afectan en mayor medida a ancianos y niños. En el caso de los ancianos a menudo, padecen alguna patología previa que se ve agravada por el aumento de su temperatura corporal, y, del mismo modo, dichas patologías, en muchos casos, les impiden beber suficiente agua para rehidratarse; o simplemente se olvidan de beber, padecen inapetencia, o no le dan la importancia suficiente a este hecho.

Los niños son también especialmente vulnerables a los golpes de calor, por lo que deberemos procurar no exponerlos y asegurarnos de que beban abundante agua con frecuencia.

Pero, pese a que estos colectivos son lo que deben tener especial cuidado, el golpe de calor puede afectar a cualquier persona si no se tiene el cuidado necesario.

¿Cómo podemos prevenir un golpe de calor?

  • Los especialistas lo repiten constantemente, pero incidimos en que debemos evitar la exposición solar durante las horas centrales del día (12 a 17 horas), y en cualquier caso evitar exponerse de forma prolongada al sol. Si vamos a realizar actividades al aire libre o deportes, es mejor hacerlo siempre en las primeras o últimas horas del día.
  • Es importante, cuando estemos tomando el sol, evitar dormirse, ya que esto puede prolongar más de lo debido el tiempo de exposición solar con las consecuencias que ello conlleva.
  • Si en algún momento sentimos mareos o cansancio, debemos retirarnos a un lugar fresco y/o ventilado. Aflojar la ropa si es posible, refrescarse e hidratarse.
  • Hay que hidratarse con frecuencia, sin esperar a tener sed, tomando abundante agua, líquidos y bebidas isotónicas. Evitar bebidas con cafeína, azucaradas o alcohólicas, ya que éstas favorecen la deshidratación.
  • Evitar comidas pesadas, ya que las digestiones difíciles hacen aumentar la temperatura interna del cuerpo. Es preferible tomar alimentos ligeros, frescos y ricos en agua, como frutas, verduras, ensaladas…
  • Pasar tiempo en lugares que dispongan de aire acondicionado. En casa debemos acordarnos de bajar la potencia del aire acondicionado por la noche para que la temperatura no sea tan baja mientras dormimos ya que el cuerpo se enfría.
  • Protegerse de forma adecuada la piel, cabeza y ojos con ropa, sombreros/gorros, gafas de sol. Esto nos ayuda a protegernos tanto de los golpes de calor como de las quemaduras por el sol. Es preferible que la ropa que usemos, además, sea transpirable.
  • Nunca deberemos quedarnos en un vehículo que esté estacionado o cerrado, ya que el calor acumulado en su interior resulta muy peligroso.

¿Qué hacer en caso de golpe de calor?

Si alguien sufre un golpe de calor, lo primero que hay que hacer es llevarle a un lugar a la sombra, colocarle tumbado/a, con la espalda recta y las piernas levantadas, para favorecer la circulación de la sangre.

Entonces, humedecerle la cara con una esponja o paño húmedo. Aunque es bueno que se hidrate, si está inconsciente nunca deberemos darle de beber, ya que podría ahogarse.

Si, pese a esto, la temperatura no baja, tiene el pulso débil y está pálido o sí sabemos que la persona sufre de alguna enfermedad cardiaca, hay que avisar de forma inmediata a los servicios de emergencias o si es posible, acudir inmediatamente al médico, hospital o centro de salud más cercano.