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Momentos convulsos; momentos de oportunidades

La gestión empresarial es una ardua acción sujeta a muchas incertidumbres. El quehacer empresarial  está lleno de triunfos y fracasos. La empresa antes que Acción es Pensamiento. Hay que discurrir y discernir sobre el futuro y apostar por él. Esa es la “grandeza de ser empresario” y debemos prestigiar su labor. A más empresas más empleo.

Convencidos que la salida de la situación actual solo puede venir de la mano de la iniciativa privada, la economía de mercado y la libre empresa, debemos mostrarnos favorables a aprovechar los factores de competitividad que siempre han distinguido a nuestra región hasta alcanzar una imagen de marca a través de sectores como el turismo y el sector servicios, el sector agroalimentario, la construcción, con los que hemos sido fuertes y volveremos a serlo.

Los empresarios en general y las PYMES y autónomos en particular, son imprescindibles y  necesarios en nuestra sociedad y cumplen una función positiva absolutamente elemental en la sociedad de mercado en la que nos encontramos. Son como capitanes de la economía y ya sabemos que los capitanes siempre son los que asumen el mayor riesgo y siempre van por delante dirigiendo el resto de la tropa. Sólo con esfuerzo colectivo alcanzaremos las metas que todos deseamos.

Para conseguir la anhelada recuperación económica, dos palabras claves – Innovación y Productividad. Es fundamental un nuevo modelo de crecimiento basado en  la mejora de éstas y de la competitividad global de nuestro tejido empresarial. Pero, ¿Hay que cambiar el modelo productivo actual? Convencidos que no es tanto como cambiar el actual sino que debemos adaptar, complementar y mejorar el nuestro: en base a los sectores preferentes – sector servicios, industria turística, sector inmobiliario hay que diversificar el tejido empresarial, incentivando otros sectores tales como  transportes y logística, sector agroalimentario (exportaciones), industrias culturales, energías renovables, nuevas tecnologías; sector del conocimiento. Todo ello para conseguir que nuestra economía sea más competitiva, integrando capital y trabajo y siempre en la búsqueda de la EXCELENCIA.

No me queda más que reforzar el mensaje que es precisamente en periodos de crisis cuando el corazón asociativo parece latir con más fuerza. Resulta imprescindible la adhesión y activa participación por parte del empresariado en asociaciones y colectivos profesionales. Como decía un reputado filósofo y economista inglés del siglo XIX, John Stuart Mill: “No existe mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación”.

Begoña Castillo Velasco
Gerente de CIT Marbella