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La formación experiencial: Un camino hacia el éxito profesional

Remontémonos a tiempos de los filósofos griegos cuando Platón creía que los jóvenes de la época debían adquirir virtudes básicas, como la sabiduría, la valentía, la justicia o la templanza, para llegar a ser unos buenos líderes. Y él complementaba su creencia con la convicción de que éstas podrían ser adquiridas de una forma más productiva con la directa y dirigida experiencia alcanzada al estar en contacto con situaciones que obligaban a los jóvenes a ser virtuosos.

Tenemos los jóvenes con más titulación de la historia,  pero esto no siempre es garantía de que estén bien formados y puedan atender a una demanda profesional con éxito. Dada la situación de desempleo que arrastramos y las oportunidades que se nos ofrecen en otros países, tenemos que reflexionar sobre las asignaturas pendientes en nuestros modelos actuales de formación.

A principios del siglo veinte abordamos una nueva reforma educativa, filósofos de la educación como John Dewey, lideraron este nuevo modelo de educación experiencial. Del trabajo de Dewey, destacar algunas de sus teorías  que formaron  las bases del aprendizaje experiencial:

  • Involucrar al participante en todo en proceso de aprendizaje.
  • El aprendizaje a través de experiencias dentro y fuera del aula, y no solamente a través de “formadores”, es vital.
  • El aprendizaje debe ser relevante para los participantes.

Aprender partiendo desde la acción, reflexión evaluación y entendimiento de la importancia de los principios de las tareas,  facilitara su aplicación en situaciones reales de lo aprendido, en contraposición la simple asimilación de datos e información, dando por sentado que se recordaran cuando llegue el momento de su aplicación real, queda corto ante la expectativa de la realización de un buen trabajo o la supervisión del trabajo de personas a nuestro cargo.

Una persona aprende el 20% de lo que ve, el 20% de lo que oye, el 40% de lo que ve y oye simultáneamente y el 80% de lo que vivencia o descubre por sí misma (National Training Laboratories, 1977). El nivel de recordación será superior basándonos en la experiencia de lo vivido que de lo estudiado ya que la recordación es mucho menor.

La responsabilidad del aprendizaje deja de recaer en los formadores para pasar a ser de los participantes, los formadores quedan en un papel de facilitadores,  dejando atrás el modelo clásico de formador que tan lejos esta de la capacitación real del participante.

No hay tiempo,  todo se mueve de prisa, si queremos que los jóvenes tenga una inserción laboral lo antes posible, tendremos que cambiar los paradigmas de la educación actual y ofrecerles la oportunidad de una educación de calidad enfocada a preparar su futuro laboral, las organizaciones que ya optamos por este modelo sabemos de su éxito gracias a los datos de inserción laboral de nuestros participantes.

 

Dr. Mª Teresa Gozalo
CEO de Les Roches Marbella
www.lesroches.es