San Pedro Alcántara, una apuesta optimista
Afirmar que San Pedro Alcántara ha sufrido en los últimos 20 años una involución en su sector comercial-industrial no es una mera opinión subjetiva, se trata de la simple y desgraciada constatación de unos hechos que no admiten discusión alguna. San Pedro ofrecía una serie de servicios y un tejido empresarial que cubría las necesidades de los habitantes de su núcleo urbano, pero que además atraía a los residentes de las urbanizaciones aledañas e incluso de zonas de los términos municipales colindantes. Todo eso se perdió en gran parte, puede que por decisiones estratégicas equivocadas de las diferentes administraciones, aderezadas, por qué no negarlo, con cierta indolencia de los administrados que no reaccionamos ante la imparable decadencia económica. Los nunca resueltos problemas de tráfico y aparcamiento, la secular falta de infraestructuras hoteleras y, por último, como puntilla final, cinco años de obras soterramiento que han acabado por arrasar la mayoría de pequeñas y medianas empresas del centro de San Pedro son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que procurar ver las cosas desde el lado más optimista posible. Estoy convencido de que la finalización de las citadas obras del soterramiento y la construcción de un boulevard sobre el mismo pueden ser un magnífico punto de inflexión para cambiar la tendencia negativa que hasta la fecha ha sacudido a nuestra economía. Es evidente que de una forma local no podemos sustraernos, y de hecho somos las primeras victimas, de la crisis general que azota al país; pero si hemos sido capaces de aguantar hasta ahora, este sacrificado periodo no hará más que fortalecernos.
Por todo ello pienso que los grandes retos de San Pedro y su entorno deben ser afrontados aprendiendo de las lecciones del pasado. Citaré un ejemplo que a mí me parece paradigmático. Se ha hecho un desarrollo urbanístico al sur de San Pedro que ha obviado casi completamente la parte comercial; por no hablar del único paseo marítimo de la Costa del Sol que sirve para eso, para pasear, pero que no cuenta con suficientes negocios para darle valor añadido y que eso repercuta en la riqueza de nuestro pueblo. Ojala nunca se repita ese error en el futuro.
No pido para San Pedro megaproyectos como los que se pretenden desarrollar en otras zonas del término municipal, de los cuales al final todos nos beneficiaremos. Me conformo con que lo que se realice sea hecho con cierta visión de futuro. No me vale, no nos vale a los sampedreños, que se pretenda cubrir el expediente. Ahora más que nunca cada proyecto que vaya en beneficio de la ciudad, ya sea de iniciativa privada o pública, debe buscar la excelencia, la calidad. Si se construye una rotonda, un jardín, un edificio… que sea funcional y que se dote de una estética que atraiga, que aporte belleza… Dotemos a San Pedro y a Marbella de más y más elementos que la hagan incomparable, y cuidemos y mantengamos todo aquello que nos relaciona con una marca de calidad, sería un gravísimo error caer en la mediocridad con la excusa de la crisis.
Creo en el potencial de San Pedro, como creo indispensable un estado de ánimo optimista que deje a un lado el pesimismo general que nos invade y que atenaza nuestro desarrollo.
Jose Carlos Moreno