Es el tumor benigno más frecuente en el varón y su tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas. Los casos más leves se pueden resolver con cambios en el estilo de vida, los más graves, necesitarán cirugía.
La próstata es una glándula en forma de nuez que los varones tienen debajo de la vejiga y cuya función principal es producir líquido seminal. A medida que los hombres envejecen, es común que la próstata experimente un crecimiento gradual. Cuando este crecimiento es tal que puede causar síntomas y problemas urinarios, se conoce como hiperplasia de próstata. En palabras del doctor Pablo Navarro Vílchez, jefe de Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Marbella, “este es uno de esos temas que no suelen abordarse en las conversaciones cotidianas ni, en muchas ocasiones, se consulta con naturalidad cuando acudimos al médico de familia, pero la cuestión tiene importancia y puede llegar a derivar en una dolencia grave”.
Según datos de la Sociedad Española de Urología, la hiperplasia de próstata es el tumor benigno más frecuente en varones mayores de 60 años: la patología afecta a uno de cada cuatro hombres de 50 años, a una tercera parte de los de 60 y a un 80% de los mayores de 80 años. Los síntomas pueden variar de leves a graves e incluyen dificultad para orinar, debilidad del flujo urinario, necesidad de hacerlo con frecuencia o urgentemente, o sensación de no vaciar completamente la vejiga. Estos síntomas pueden afectar la calidad de vida y el bienestar general de un hombre. El enfoque del tratamiento de la hiperplasia de próstata depende de la gravedad de los síntomas y de cómo afectan en el día a día. En casos leves, explica el especialista, “los cambios en el estilo de vida pueden ser suficientes para aliviar los síntomas”. Estos cambios pueden incluir la evitación de la cafeína y de los líquidos antes de acostarse, orinar con regularidad, mantener un peso saludable y realizar ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
“En casos más graves”, continúa, “pueden utilizarse medicamentos para reducir el tamaño de la próstata y aliviar los síntomas. Algunos medicamentos comunes incluyen inhibidores de la 5-alfa reductasa y bloqueadores alfa. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir el tamaño de la próstata, relajar los músculos de dicha glándula y el cuello de la vejiga, mejorando así los síntomas urinarios”. No obstante, hay ocasiones en las que la mejor solución pasa por la cirugía. Según explica el doctor Navarro Vílchez, “la resección transuretral de la próstata continúa siendo el tratamiento estándar más habitual en las pequeñas glándulas —menor de 80-100 cm³— y consiste en una intervención quirúrgica urológica para extirpar los tejidos enfermos de uretra, próstata y vejiga, a los que se accede a través de la luz uretral con un aparato endoscópico llamado resectoscopio". Además, indica que "cuando se trata de volúmenes prostáticos mayores de 80-100 cm³, el procedimiento clásico sigue siendo la prostatectomía abierta, es decir, la extracción parcial o total de la próstata dañada”.