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Las cirugías mínimamente invasivas son ya una realidad en el tratamiento de patologías como la colelitiasis (piedras en la vesícula)

HOSPITEN ESTEPONA


Las cirugías mínimamente invasivas son ya una realidad en el tratamiento de patologías como la colelitiasis (piedras en la vesícula)

Desde hace unos años, la técnica quirúrgica está evolucionando, de forma importante, de la cirugía convencional a la cirugía mínimamente invasiva, que ofrece una serie de ventajas hacia  una mejor recuperación,  con menos dolor durante el postoperatorio , una mejor y más precoz tolerancia a la ingesta postoperatoria  y  una más pronta incorporación a la vida laboral. En definitiva, una serie de ventajas que hacen que esta cirugía se esté instaurando de forma segura en la práctica clínica.



La generalización de la laparoscopia


La cirugía mínimamente invasiva se está introduciendo en todos los campos de la cirugía en general, y en el caso concreto de la cirugía del aparato digestivo, la instauración es prácticamente global en todos los sistemas y órganos, como son la cirugía del colon, cirugía gástrica, pancreática o hepática.


Concretamente, en el caso de la patología de la vía biliar (o la vesícula biliar) la cirugía mínimamente invasiva está totalmente establecida como gold estandar. La cirugía abierta convencional se reserva solo para casos muy complejos en los que la laparoscopia no puede aportar esta ayuda.


En concreto la colecistectomia laparoscópica permite que el paciente pueda ser dado de alta de forma precoz. Lo habitual en estos casos es intervenir al paciente y que ese mismo día, por la noche, ya esté tolerando ingesta oral y al día siguiente, si no hay ningún problema, se marche a casa. En algunos casos, incluso se puede dar el alta el mismo día, aunque solo en casos seleccionados de pacientes sin patologías asociadas y con una buena evolución.



¿Es común tener piedras en la vesícula?


Hay diferentes estudios que apuntan que hasta un 9 % de la población general puede tener piedras en la vesícula, y en caso de provocar síntomas, el más frecuente es el cólico biliar, que provoca un dolor intenso y ascendente sobre todo después de las comidas (fundamentalmente con grasas). Por otro lado, están los síntomas vagos que habitualmente no se relacionan con esta patología, como son esos dolores que la gente a veces atribuye a gases y que realmente son problemas derivados de la presencia de piedras en vesícula. Puede darse el caso de que el paciente no sea consciente de que lo tiene y por tanto no consulte al especialista, lo que puede provocar con el paso del tiempo problemas más graves como la pancreatitis.


Por eso, hay que insistir a los pacientes en que ante cualquier cólico biliar o diagnóstico de piedras en la vesícula acudan para tomar cartas en el asunto y poder tratar esta patología cuanto antes.



Factores de riesgo




  • Con la edad aumenta el riesgo de tener esta patología, más común en personas mayores. En personas menores de 20 años es una patología rara.

  • La obesidad es uno de los factores más determinantes.

  • Los problemas de colesterol también predisponen a padecer esta enfermedad.



¿Se pude vivir bien en caso de tener que extirpar la vesícula?


Sin duda, se puede vivir bien. La vesícula es un reservorio de bilis, que nuestro organismo utiliza para la digestión de grasas. Si tuviera que ser extirpada, el hígado seguiría produciendo bilis de forma normal, así que no hay ningún problema en vivir sin vesícula.


Esta patología tiene una solución fácil y sencilla que puede evitar muchas complicaciones a largo plazo, pero es fundamental acudir al especialista o el médico de cabecera ante cualquier sospecha de padecerla, para que se inicie la investigación y se determine un tratamiento.



Dr. Pablo Sanz, Cirugía General y del Aparato Digestivo en Hospiten Estepona