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BIOPARC Fuengirola colabora incubando algunos de los huevos desovados el pasado sábado por una tortuga boba en Marbella

BIOPARC FUENGIROLA


BIOPARC Fuengirola colabora incubando algunos de los huevos desovados el pasado sábado por una tortuga boba en Marbella

  • Es la segunda vez, desde que hay registros, que una tortuga marina elige la costa malagueña para anidar y desovar huevos. En esta ocasión, el punto escogido fue la playa Nueva Andalucía en Marbella

  • Más de 60 huevos se encontraban en el nido identificado por el Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras(CEGMA), organismo dependiente de la Junta de Andalucía, el cual solicitó ayuda BIOPARC Fuengirola 

  • Con el fin de garantizar la viabilidad de los huevos, nueve de ellos han sido retirados a una incubación artificial y controlada


17/06/2023-. Hace una semana una tortuga boba llegaba a la playa de Nueva Andalucía en Marbella para desovar, ni más ni menos, que 69 huevos. Gracias a la colaboración de un ciudadano, quién avisó al 112 -procedimiento recomendado frente a este tipo de acontecimientos-, personal técnico del Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras (CEGMA) pusieron en marcha un dispositivo de actuación para localizar el nido, identificar los huevos y proceder a protegerlos. Este organismo, dependiente de la Junta de Andalucía y gestionado por la ONG Seashore Fauna, solicitó ayuda a BIOPARC Fuengirola para que participara en esta identificación y posterior incubación de algunos huevos del nido.

Una incubación controlada para garantizar la viabilidad del mayor número de huevos

Tras asegurar que todos los huevos localizados se encontraban en perfecto estado y que el nido estaba situado en un lugar seguro y alejado de posibles inundaciones por las mareas, el equipo técnico del CEGMA, la Agencia de Medio Ambiente y Agua, y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, junto con los técnicos del Ayuntamiento de Marbella, Protección Civil y la Policía Local decidieron acordonar la zona y establecer un dispositivo de vigilancia 24 horas, durante los más de 50 días que durará la incubación en la playa, que será llevado a cabo por personal voluntario de varias asociaciones de defensa del medio marino y litoral.

En esta ocasión, a pesar de no ser una playa grande, no es muy concurrida y la tortuga construyó su nido en una buena zona de arena, alejada de la línea de mar. Esto ha permitido que no haya sido necesario trasladar el nido a ninguna otra playa más segura. Algo que sí ocurrió la vez anterior, cuando la puesta se realizó en la playa de Fuengirola.

Tras abrir el nido, comprobar que todos los sesenta y nueve huevos estaban bien y volver a colocarlos en la misma posición en la que la hembra los había dejado, se decidió que nueve de ellos fueran incubados por el equipo BIOPARC Fuengirola. “Se mantuvieron sesenta en el nido porque es el número mínimo que necesita esta tortuga para que, en condiciones naturales, la nidada de crías salga adelante y alcancen lo que se conoce como temperatura metabólica, es decir, los grados ideales para que estos sean viables y la eclosión sea un éxito”, explica Rosa Martínez, veterinaria de centro de conservación malagueño.

La decisión de trasladar nueve huevos a una incubación controlada no es algo casual. Con esta actuación, se pretende asegurar una representación de la puesta que siga adelante de forma exitosa, en el caso de una tormenta, inundación del nido o predación o saqueo de huevos. Un protocolo de actuación común para todos los nidos de tortugas identificados en las costas de España. “En esta incubación contrada y estable, el equipo de Herpetología simula la temperatura y humedad tendrían en el nido original. Estas condiciones y el estado de los huevos se revisan casi a diario para garantizar que salgan adelante”, destaca.

“Aquí realizamos este control, pero el nido que se encuentra en la playa de Marbella también está controlado y el equipo técnico del CEGMA realiza un seguimiento del estado de la temperatura y la humedad en su interior, a través de varios data logger, dispositivos que registran estos datos, y permiten descargarlos a través de un teléfono móvil, sin tener que abrir el nido”, destaca Jesús Recuero, director técnico y veterinario de BIOPARC Fuengirola.

A partir de ahora, solo queda esperar que transcurran los sesenta días estimados de incubación para que eclosionen los huevos.

En el caso de los incubados en BIOPARC Fuengirola, estos pasarán un periodo de cuarentena de unas cuarenta y ocho horas, y transcurridos estos dos días serán trasladados al CEGMA de Algeciras junto con las crías que nazcan en la playa. Aunque en un entorno natural, al nacer caminarían directamente hacia el mar, el pequeño tamaño de estas tortugas marinas les convierte en presa fácil para peces o gaviotas.

“Hay lugares en los que estas puestas se realizan de forma masiva, como en la costa africana de Cabo Verde. Cientos de tortugas marinas desovan al mismo tiempo y, por lo tanto, los nacimientos también son a la vez. Miles de pequeñas crías se lanzan a la mar a la vez y la probabilidad de sobrevivir es mucho mayor. No es así con nidos aislados como el de la playa de Nueva Andalucía. Si nacen sesenta y nueve, es muy probable que ninguna de las crías sobreviva en el mar en sus primeros días de vida. Por este motivo es esencial, garantizar su primer año de vida en centros de conservación y cumplida esta edad, soltarlas de vuelta al mar”, explica Recuero.

Tanto las nacidas en BIOPARC Fuengirola como las crías que eclosionen en el nido localizado, pasarán un año en el Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras en lo que se conoce como programas “Head starting”. Trascurrido este tiempo, al igual que ocurrió hace dos años, serán liberadas en el mar.

Un fenómeno inédito que vuelve a repetirse en las costas de Málaga

En 2020, se registraba la primera puesta de huevos de tortugas bobas (Caretta caretta) en costas malagueñas. La playa de Los Boliches en Fuengirola fue la elegida por una hembra para construir su nido y desovar más de setenta huevos. Un hecho jamás documentado en Málaga.

Al igual que en esta ocasión, entonces también se puso en marcha un protocolo de identificación, protección y vigilancia del nido, e igualmente BIOPARC Fuengirola asumió la incubación de algunos huevos. Con un estricto protocolo, los equipos de Herpetología y Veterinaria garantizaron durante los dos meses de incubación, los niveles de humedad, temperatura, iluminación y oxígeno adecuados para que los huevos evolucionasen correctamente. La gran labor llevada a cabo permitió que la eclosión fuera todo un éxito, con el nacimiento del cien por cien de los huevos.

En octubre de 2021, tenía lugar la suelta de crías de las tortugas bobas que habían salido adelante, tanto pertenecientes a la incubación en el nido como artificial. De todas ellas, cinco iban equipadas con marcadores satelitales. Gracias a ellos y durante todo este año, a través de esta localización por satélite, se ha podido realizar un seguimiento sobre el recorrido y posiciones de cada una de ellas, en el mar Mediterráneo. El mapa de su trayecto puede consultarse en la web de la organización de protección marina Eucrante. Enlace aquí.

Una buena parte de las tortugas que nazcan este año de esta puesta en Nueva Andalucía y de la incubadora de BIOPARC Fuengirola también irán equipadas con un marcador satelital que permitirá conocer sus movimientos en los primeros años de su vida, contribuyendo a aumentar enormemente el conocimiento sobre la especie y las nuevas tendencias en su reproducción en las costas mediterráneas.